Un espectro, pequeño y algo timorato, se balanceaba en la banderola entreabierta del duchero.....con los restos de un par de rayos lunares, más unas manchas que le arrancó a la noche, intentaba hacerse una hamaca, para pasar unas horas, hasta el alba, descansando, descansando......los aromas del cedrón y la menta, que desde los macetones de la quinta penetraban por el hueco de la ventana, lograron aquietarlo plácidamente......
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