viernes, 21 de febrero de 2014

Las piedras

Cada vez que paso, distraídamente algunas veces y buscando deliberadamente en otras, tengo, cada vez que nos topamos, la certeza de que alguna vez fui piedra entre las piedras, cristal entre cristales, polvo entre el polvo y nada entre la nada.
A veces las veo, dispuestas desordenadamente arriba de unas hojas de diario que sostiene un cajón de fruta y verdura, otras veces las encuentro colgando coquetamente cuales extrañas frutas, de un árbol cobrizo de la vida que un improvisado joyero ofrece.

Las piedras, viejas amigas, pequeñas o grandes, de diferentes colores, texturas y granulosidades variables, algunas veces de superficie lisa, otras veces marcadas y heridas por golpes, desgajadas.....todas ellas me llaman, con sus voces peculiares y únicas, contándome sus historias, sus viajes, su mensaje, o, simplemente, para decirme que, ahí  están.....

El sueño

El sueño, angustiante
Por fin se detuvo
Pude aferrarme al colchón y la sábana
Lejos del lugar
Que no era mío
Aún creyendo
Que lo era
Busco con los ojos
Más allá de la primera luz
El instante
Breve y certero
De estar donde estoy
El lugar
Mío y conquistado
Donde la angustia-vacío
No puede tocarme
Aún en un sueño

Que no era sueño

martes, 18 de febrero de 2014

El grano de mostaza

El grano de mostaza flotaba
en la superficie acuosa
rumbo a quizá cual deriva
mientras que el grano de arena
caía inerte y recto
hacia un inmóvil lecho
de mostaza líquida
Arena, mostaza, agua
partículas leves y suspendidas,
algunas
sin rumbo y otras con
sentidos, direcciones, derivas
Sustancias densas, etéreas, resbaladizas
escurridizas, lisas, rugosas
Nadie, aparentemente, sabe
cómo, dónde y cuando
los caminos conducen a un
perfecto deslizamiento
Sin sentido necesario

Ni inercia con sentido

lunes, 17 de febrero de 2014

Higo de la India

La escarcha se derrite,  un pequeño río se desliza
Entre las púas del cactus
Sedientas las piedras, al borde del camino
Esperan ansiosas, junto a las abejas
Y los alacranes
El frío escozor de la quemazón helada
Frío vital, aroma de tuna
Dulce higo, de la India aindiado
Noche tras noche, día tras día

Escrutando las estrellas, con infinita paciencia

Lunas y serpientes

Desde las alturas, la nube se deshilacha
Como estopa que ríe, crujiente y caliente
Como río que suena, o sonajero de serpiente
Que tras mudar de piel, renace

Luna tras luna