Sin apenas pensarlo, el lagartó tomó el atajo más
conveniente.
El simple hecho de pensarlo le hubiera costado la cola, tal
vez....
O la vida...o una parte de ella...ya que una cola, verde y
perlada
Se movía sin cesar, anillo tras anillo, entre el pico
robusto
De un gorrión hambriento.....
Tras las grietas húmedas y frescas de las piedras
De un alto muro, que divide los pedregosos campos
Mira el lagarto, escondido a duras penas, entre la sombra y
el musgo
El destino sin sentido de una parte de su anatomía
Destino rabón, por el momento
Alimentando vuelos, de un gorrión amarronado y grisáceo
Al cual pronto, tal vez, un gato cazador y furtivo
Le robe el rabo, dejando al viento, tras un manotazo
Un manojo de plumas....
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