Lo trágico de la condición humana,
en épocas de aparente festejo y
de celebridad inocuamente festiva,
donde todo se ofrece sin más precio
que el de tu colaboración
al desarrollo de las “artes”
donde cada uno, a su modo,
cree poseer un talento
¿Qué mejor, acaso, de una tranquila
y despojada relajación,
donde tu ego se reencuentre.....
.....con un simple transcurir,
sin el apremio incesante de los
quince y pobres minutos...?
Esfuerzo y esfuerzo, muchacho
o muchacha, señor o señora,
párvulo o parvulante del parvulario....
olvída la fama, rescata el placer
del hacer por hacer, del jugar por jugar.....
vuelve una vez más, a la raíz de las cosas
que por sí mismas existen
antes de los nombres y sus definiciones....
¿Podrás, acaso, en el reino de lo innombrable,
vivir simplemente por el placer de ser y hacer,
olvidando el dulce placer del premio a tiempo?
Lárgate a tiempo, nadando o flotando,
respirando o, simplemente, olvidando,
a las únicas certidumbres de aquello que es
y que nada pide, y nada reconoce, porque
siempre es, vuelve sin irse o se va sin volver.....
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